viernes, 8 de enero de 2010

La vanguardia frente al espejo

Cada vez que alguien muere hay una especie de frenetismo generalizado por recuperar vida y obra (y características importantes), y creo que yo nunca he dicho que fuese una persona original....


Tomo por cierto el título del libro Heredero: Iván Zulueta: la vanguardia frente al espejo, que no he leído, pero de lo ínfimo infimísimo que he podido captar (de lo infimísimo que he podido ver y menos aún de lo que recuerdo) para mí el aspecto más obsesivo y recurrente de zulueta es ese mismo, la dualidad, el reflejo, el par de dos, el alterego, el ego personal y el ego artista, artístico y ego como arte misma: la persona como perspectiva, punto de partida, objeto artístico y punto de llegada. Y a mí, (que no tengo ni puta idea, que no me voy a meter a analizar universos pop ni el surrealismo de buñuel en su obra), me fascina: cómo la obra de arte devora al artista, la creación provoca una crisis existencial y casi física a los creadores que se ven ensombrecidos hasta prácticamente desaparecer: como en el Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde o la cámara de vídeo de Arrebato. Creo que no hay mejor metáfora para esa ruptura interior que se produce en el creador que se muestra indefenso en su obra....o yo qué sé.

Dejamos Arrebato, retomo aquí el corto Leo es pardo, que he visto entre ayer y hoy como 15 veces, se repite también la escena del espejo: la chica aparece y desaparece en su reflejo y, para que quede bien claro se oyen ruidos de disparos, ametralladoras y bombas y después la sirena de la ambulancia: se mata a sí misma una y otra vez (me estoy inventando todo esto, claro).

Eccolo.




Algún filósofo por ahí decía que la dualidad es la mejor forma de representar de forma concreta la perfección. De hecho en los sistemas estructurales (lingüísticos, por ejemplo), la dicotomía es lo perfecto, lo discreto, los continuums, las gradaciones son lo imperfecto. Este corto es completa y perfectamente dual. Es tan perfecto que no puedo parar de verlo para detectar una imperfección..pero no: todo tiene dos caras, desde la protagonista, las camas, la habitación, las ventanas, los espejos, destapona el lavabo y produce el efecto de tirar de la cisterna, los trinos de los pajarillos que se transforman en graznidos de cuervos carroñeros justo cuando se superponen pies, manos y puño, la piel de leopardo primero fuera de la chica (vestida de blanco) y luego la chica vestida de leopardo, y el tiempo y la narración de la historia: empieza y termina en el mismo punto, va hacia adelante y después hacia atrás para reducir el tiempo a un punto. Empieza con ella misma yéndose. la personalidad de la que se queda es insegura (sigo inventando todo), camina calcetando cuando va al baño (metiendo los pies hacia dentro al caminar, yo lo sé bien porque llevo toda la vida haciéndolo). Casi desaparece. Ella dentro de la habitación y ella fuera en el jardín. Se oyen ruidos y llamadas desde el mundo exterior hasta que vuelve su alter ego. La piel de leopardo que rodeaba a la "leo insegura" es el vestido de la "leo parda" y le devuelve el melocotón (la piel de melocotón como la piel de las pieles....me falta precisión para explicarlo, lo siento, pero creo que hay que verlo) mientras la otra leo desaparece del todo. Desdoblamientos de personalidad, bipolaridad, comportamiento agresivo e inocente...



En algún blog por ahí que ahora ya no encuentro leí que poco se podía decir de este corto... han debido de ver otra cosa.