LA DIVINA COMEDIA DE BENIGNI 29/11/07

Fecha: 29/11/07

Hoy tengo los ojos secos de tanto llorar: primero de rabia y después de risa. Hoy más que nunca he odiado este país ingrato, incomprensible, tan desesperantemente parecido a españa tan desgraciado, tan miserable, que han tenido el sangrante coraje de dejarme fuera de las listas de sustitutos porque no presenté recurso en el plazo de diez días naturales, que terminaron antes de ayer, no anunciados, para resarcir los errores de la administración que no me metieron mis datos para una oposición a la que me había presentado a tiempo en julio después de miles de problemas solucionados en albis.......y para qué aburriros con detalles: noooo, con el cielo llorando conmigo y todos llorando (seguro que tú, sin saberlo, también lloraste) y cuando ya estaba yo con las maletas en la puerta y mi madre en la otra línea y, putada, pensabas que ya te librabas pero te vuelve la hija a casa... ...fuí a ver la lección de Benigni sobre la Divina Comedia, y el muy hijo de puta me sacó primero el nudo del estómago y después el estómago entero y luego el resto de órganos y luego mi rabia y mi depresión, me recordó, con Dante, con Virgilio, con el Sinca, con la Parmalat,con Eneas, con la tragedia, con el derecho, con la política, con el teatro, con la palabra la parola, con la partitura, el piano, la poesía, el soneto, el purgatorio (que, yo no tenía ni idea, resulta que se lo inventaron los italianos) pues con todo eso me recordó que yo YO IO soy la protagonista de mi historia de mi aventura épica de mi narración personal única e irrepetible, que jamás se volverá a repetir, que aunque al resto del mundo le parezca aburrida y miserable es únicaaaa es sola es inimitable, y la mía y la de la verdulera, la del zapatero, la del portero, la de la vecina (que sigo sin darle las gracias), la de mi padre, la de cada uno y que hace que tengamos el poder sobre dios, que dios nos necesita mucho más de lo que le necesitamos nosotros porque tenemos el libre albedrío y nunca se sabe cómo podemos actuar y recordarme que el milagro de la vida depende sólo de nuestro libre albedrío, del poder insospechado de nuestras decisiones (de mira tú, si hubiera ido en tren en vez de en avión no hubiera conocido al dependiente de Aena encargado de las reclamaciones del que me enamoré y con el que me hice piiii y me fui a vivir a las bahamas no habría pasadoo) que es algo peligroso, difícil, jodido, áspero, doliente, malévolo, cabrón etc etc pero, y esta es la idea principal de Dante (según roberto), se puede apretar un fracaso hasta esprimirlo y bebérnoslo, se puede llegar al paraíso sólo después de pasar por el infierno, se puede rechazar el dios cristiano después de haber entendido la metáfora, pero lo que no se puede, lo que es un fracaso que no se puede arreglar porque la vida se vive una vez y no hay second round...es no usar el libre albedrío, no tomar ninguna decisión, no aceptar la responsabilidad de nuestra elección, ser indiferentes porque se consumen las pilas que nos han dejado en préstamo al nacer sin haber jugado la partida. Y sí que es cierto, dice Dante, lee Benigni, que hay una eternidad y que cuando se dice "ti amerò per sempre" lo has dicho y para siempre será, no en nuestro corazón, que es un órgano en préstamo, como nuestro cuerpo, pero en el verso, en las palabras, en la manera que hemos encontrado los hombres para hacer la puñeta a Dios: el arte, la música, la literatura. y yo, y digo de coña pero lloré en serio, a Dios pongo por testigo que la administración y el sueldo a fin de mes no me harán olvidar las 1000 palabras que dice benigni por segundo y por qué, por qué mis gritos de histérica son tan italianos y por qué creo que sí que merece la pena perder la cabeza por cada pasión (en el sentido griego, posteriormente en el sentido cristiano también, pero era sólo una metáfora) que nos ha tocado vivir. y que a vosotros os ha tocado leer (quien haya llegado al final), ahora a leer la Divina Comedia y en versión original o si no asistid, si tenéis la enorme fortuna a la lectura de Benigni que vale su peso en oro, lo más impresionante que he visto en mi vida, porque me gritó y me repitió y me gesticuló y me lo dijo en verso y me cantó y en pareado, y con palabras de Dante del siglo XIII: VIve! (coño!)