miércoles, 22 de julio de 2009

Biblioteca

Biblioteca

19/01/09

queridos compañeros de adicción al cotillismo internauta, interrumpo las escrituras de mi legado cultural para vosotros, oh humanidad, para vagar una vez más erre que erre por las sendas del recuerdo y del todotiempopasado was happier.

Es que este pseudoencierro (debería ser muuucho más encierro) me recuerda a aquellos días de sudores (por nervios y porque aún no se había inventado el aire acondicionated, una ya tiene una edá) en bibliotecas, pero amigos, qué bibliotecas. Aquí mucha roma y mucho coliseo pero no tienen una biblioteca como la de la facultad de Xeografía e Historia de Compostela, que cada vez que alguien se movía en su silla crujía hasta la Puerta Santa y el apóstol en su tumba. Ahí llegaba yo, con mi ilusión, mi carpeta reblandecida por la lluvia y los fluorescentes (sin los que NO SE PUEDE ESTUDIAR, todo estudiante lo sabe bien, yo alguna vez me fui al cine por acabárseme el susodicho) en busca de grupo de compis y de paso, que total ya todos los sabéis, TÍOS BUENOS, que a eso iba la gente a estudiar a historia (no sé ahora) y bueno...para el caso me vestía yo con mi peto vaquero y mis labios y dientes rojo carmín, que yo esa historia no la recuerdo pero taaanto me han puteado mis amigas que ya se convirtió en leyenda. leyenda de pasión. Leyendas de rojo pasión.

Y con esta historia os dejo hasta mañana, vuelvo a mis refranes que se me repiten más que el cuore del ajo. La idea del blog me sigue atrayendo, pero con esto de escribir la tesis no me queda ni un aliento fresco que exhalar, bueno, sí, me queda uno pero me lo reservo para mañana: obama rules, mes amis, a ver si se notase por Gaza, aunque dudarlo he (seré perenne, digo, pedante)

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