miércoles, 22 de julio de 2009

Examen oral



Lunes, 12.30 de la mañana. Tercer despacho del quinto piso del departamento de Lengua española de la Universidad Suma Iluminación de los Rectos Letrados, en una ciudad de cuyo nombre...no quiero acordarme (pero como si fuese castellón de la plana -enmendarte he-)

Catedrático:: Buenos días, hay que ver cómo está el tráfico.

Profesora Becaria Precaria Sonrientemente Ajustada: Buenos días.

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedelamañana paraquelefirmenunacarta: Buenos días.

Profesor Pringadete: Buenos días, desde luego, si es que en esta ciudad no se puede vivir.

Catedrático poniéndose un pitillo entre unos dientes tan negros y roídos que su visión empujaría a dejar de fumar al mismísimo humphrey bogart: Si es que yo no sé qué es lo que hacen los políticos que no invierten mejor el dinero, son todos unos ladrones y unos aprovechados, sólo piensan en enriquecerse y no en hacer su trabajo. Pero claro, con las empresas que enchufan para hacer las obras....

Profesor Pringadete: ¿Cómo pueden consentirse actos tan inmorales a la vista de todos y que nadie diga o haga nada? Las empresas de construcción únicamente están interesadas en que pase el tiempo para que tengan que volver a sacar a subasta las obras públicas y así repartirse más dinero entre todos…

Catedrático: pero es que los gobernantes son el fiel reflejo de la sociedad que puebla este país...¿por qué te crees que no se quejan? ¡No hay nada más que ver a nuestros estudiantes en clase!

Profesora Becaria Precaria Sonriente mostrandoescote y sentando cátedra: Totalmente de acuerdo, no hay manera de dar clase, no tienen ganas de hacer nada, no escuchan. Dar clases se está convirtiendo en un auténtico infierno.

Profesora becaria precaria quellevadesdelasnuevedelamañana paraquelefirmenunacarta, piensa: Pero si tú no llevas ni un cuatrimestre dando clase y los tienes a todos hipnotizados mirándote el escote.

Llaman a la puerta. Son alumnos que están esperando
desde las 9 de la mañana para hablar con el Catedrático, pues todavía no saben ni el lugar ni la hora del examen del miércoles. Ya se pasaron ayer pero en secretaría ni tenían esa información ni les supieron decir qué día podrían encontrar al señor catedrático. Pues esperaos un momento, ¿¿es que no veis que estamos reunidos???

Catedrático, enseñando los dientes negros: Si es que no tienen respeto ni educación ni nada. Esto en otras épocas no pasaba y mucho menos en mi país.

Profesor Pringadete: Se creen que aquí no tienes otra cosa que hacer que estar atendiendo dudas de estudiantes....¿¿cuándo vamos a investigar?? ¿Cómo vamos a organizar los congresos, los seminarios, los exámenes?

Catedrático: En mi caso, he decidido ya que no les paso ni una más, al próximo que no se comporte de acuerdo a la sagrada institución en la que nos encontramos no le consentiré la entrada en mi clase. Es que estos pequeños asalvajados no son conscientes de la profanación que implica la superficialidad con la que actúan en estas aulas...aulas que han sido testigos de algunos de los actos más sublimes de la historia del Pensamiento Occidental.

Profesor Pringadete: Y lo siguen siendo, querido colega, lo siguen siendo.

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedelamañanaparaque lefirmenunacarta aprovechando el breve lapsus entre una idea y otra: Pues sí….bueno y... ¿no me podrían firmar un momento nada más esta carta??? Así mañana me entregarán sin problemas los libros que necesito en la biblioteca y no tendré que molestarles...

Profesor Pringadete: ¡¡Pero si no es molestia!! Para eso estamos nosotros aquí…no te preocupes, mañana ya arreglamos todo…

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedelamañanaparaquelefirmen unacarta: Pero yo preferiría…
Catedrático:….aah, entonces viene usted mañana??

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedelamañanaparaque lefirmenunacarta: Sí, mañana tengo los exámenes orales de la convocatoria de febrero.

Catedrático:…interesante…¿a qué hora?

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedelamañana paraquelefirmenuna carta: Pues a partir de las 10 de la mañana, espero no molestarle, intenté pedir otro despacho pero me han dicho que los despachos que están libres pertenecen a otro departamento y que no se puede hacer este tipo de intercambio de despachos entre departamentos porque si se rompe algo sería un lío para ver aqué fondos hay que recurrir para reparar los desperfectos…

Catedrático:…ah sí, eso desde luego, con estas cosas es mejor no jugar (vuelve a enseñar los dientes) prefieren que estemos 4 personas en un despacho de 8 m2 y tener 8 despachos libres….¡¡¡qué país!!!

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedela mañanaparaquelefirmen unacarta: Lo lamento, de verdad, espero no molestarle.

Catedrático: ¡No hay tal! A pesar de que llevemos años y años otorgando prestigio y abolengo a esta nuestra institución de sapiencia, no se nos caen los anillos por dejar nuestros humildes escritorios a los jóvenes principiantes.

Vuelven a llamar. Son los estudiantes de nuevo. Como ya es la una quieren saber si se pueden ir a comer o si es mejor que esperen para ser atendidos. Qué forma de importunar. Que esperen que ahora les atienden.

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedelamañanaparaquelefirmenunacarta: Pues sí, bueno, en ese caso yo me voy que tengo que preparar todavía muchas cosas para los exámenes de mañana.

Catedrático: ¿no viene a comer con nosotros? Venga, anímese, que vamos ahora mismo.

Profesora Becaria Precaria quellevadesdelasnuevedelamañanaparaquelefirmenunacarta: Mejor no, que tengo que trabajar para la tesis también esta tarde.


Salen todos dejando a los estudiantes esperando en el pasillo. Alguno se atreve a preguntar si las eminencias van a comer y cuánto tiempo tardarán. Habrase visto qué insolencia, sólo nos faltaba darles explicaciones de nuestros actos, que también somos seres humanos y tenemos derecho a comer.


Martes, 9.30 de la mañana. La profesora becaria precaria está sentada en el escritorio del catedrático. Está revisando los exámenes escritos, prestando especial atención a aquellos más dudosos. A continuación coloca un folio en la puerta del despacho para que según van llegando los estudiantes vayan escribiendo su nombre y apellidos para inscribirse al examen. A las diez menos cuarto comienzan a llegar los estudiantes. Hábleme de la invasión árabe. Qué puede decirme de Córdoba. Siguiente. Perdone professoressa pero no estaba en clase el día que explicó Toledo, ¿no me podría preguntar Oviedo? ¿cuál es su fecha de nacimiento? ¿lugar? ¿comida favorita? Siguiente. Perdone professoressa pero con esa nota no me da para que me admitan en el Erasmus, ¿no me la puede subir? Cómo te vas a ir de Erasmus a Badajoz si no sabe usté ni dónde está.

Doce del mediodía. Se terminan los estudiantes. La profesora becaria precaria deja todos los exámenes encima del escritorio y aprovecha para ir a buscar unos libros a la biblioteca. El único factor positivo de su contrato de quasivoluntariado en la universidad es que puede hacer todas las fotocopias gratis. Discusión con los becarios encargados de la biblioteca. Este es un diccionario, signorina, no puede salir de la biblioteca. Le digo que soy profesora. Y yo le digo que no sale. Necesita la carta firmada por un profesor de plantilla. La profesora becaria precaria les explica que no ha podido conseguir la carta. Ah, signorina, si usted no se molesta en conseguir la carta tampoco nos molestaremos nosotros. Los lectores de la biblioteca comienzan a protestar por el calentamiento de la discusión. A ver, como compañera becaria te pido que me dejes sacar el libro, tendré muchísimo cuidado y en dos minutos te lo devuelvo. Con el estruendo viene el encargado de la biblioteca. Andaaaa, Eugenia, que lo saque y no arme más follón. Con todo el poder que le confiere el encontrarse detrás del mostrador, Eugenia se quita un moco del piercing nasal y le entrega cinco libros a la Profesora becaria precaria, que le desea mentalmente lo peor y vuelve al despacho a ahogar sus penas en un tupperware de arroz con pollo.

Una y media del mediodía. Despacho del quinto piso. La profesora becaria precaria ha terminado de hacer las fotocopias. La biblioteca ha cerrado porque se estropeó la calefacción y estaban pasando ya de 40º. La profesora tiene una entrevista de trabajo en una empresa de compraventa de productos de higiene dental a las dos y media. Deja los cinco libros, los cinco bloques de fotocopias, los exámenes y sus propios apuntes encima del escritorio. Dado que la profesora becaria precaria utiliza como medio de transporte una bicicleta decide dejar también la botella de agua de dos litros y el tupperware con los restos del arroz con pollo. Total, si a esa hora no vino el catedrático ya no vendrá. Sale al pasillo lleno de estudiantes, el calor de la biblioteca se extiende por toda la facultad, a los alumnos les brilla la cara del sudor y se abanican con sus apuntes. Professoressa, ¿sabe usted cuándo viene el Catedrático? ¿Sabe en qué aula será el examen? La Profesora becaria precaria tiene un ritual para estos casos, se pone los cascos y la mochila y se transforma en estudiante. Lo que hay que contestar en estas ocasiones está sonando en sus oídos: it ain’t me babe, no no no, it ain’t me babeee.

Sale a la calle. Han aparcado un coche impidiendo la salida de la bicicleta. Tiene que subirse al capó del coche, abrir el candado y sacar la bicibleta por encima del coche a pulso.
Go 'way from my window, Leave at your own chosen speed.

Se acuerda de que es peligroso ir sin casco. Aunque la gente no lo entienda es más peligroso andar en bicicleta que ir en moto entre el tráfico de la ciudad. I'm not the one you want, babe,I'm not the one you need.

Llega a la empresa a las 14.30. ¿La signorina becaria precaria? Pues hoy el señor director no está, ¿está segura de que le había dicho hoy? ¿Ha traído con usted el certificado de residencia?¿y su cepillo de dientes? Pues mire, va a ser mejor que vuelva mañana, que el señor director suele venir por aquí los miércoles. Ah mira no, eso ya no se lo puedo decir, suele venir así hacia media mañana pero yo no le aseguro nada. Never weak but always strong, To protect you and defend you Whether you are right or wrong,

15.30.
Se monta en la bicicleta, vuelta a la universidad. Es un día caluroso y soleado, en claro contraste con la época del año. Al menos la tarde aún se puede aprovechar: devolverá los libros y corregirá los exámenes. Go lightly from the ledge, babe,Go lightly on the ground. I'm not the one you want, babe,I will only let you down.

16.00. Quinto piso de la facultad. You say you're looking for someone who will promise never to part. Parece que lo de la calefacción va a peor.
La cola del baño se une con la cola de la máquina de botellines de agua. Los alumnos se acumulan delante de las puertas de los despachos esperando para hacer sus exámenes orales. La profesora becaria precaria piensa que los estudiantes siempre se ponen muy nerviosos con los orales. El enfrentamiento directo con el profesor les impone respeto aunque personalmente piensa que, en el fondo, es parte indispensable de su formación. Someone to close his eyes for you, Someone to close his heart. Someone who will die for you an' more, but it ain't me, babe,

La profesora becaria precaria se acerca a la puerta del despacho.
Desde que le dieron las llaves del despacho para recibir estudiantes en los horarios de tutorías y en los exámenes, hace ya tres años, siempre se ha sentido violenta al abrir la puerta. En esa ocasión, sin embargo, el cansancio del día puede con cualquier sentimiento de pudor. No, no, no, it ain't me, babe, it ain't me you're looking for, babe. Al meter la llave en la cerradura despega el celo que sostiene el folio donde había escrito en letras grandes: Examen oral de lengua española. Martes 17 de Febrero, 10 horas. Nombres de los inscritos. Recoge el folio y, por inercia, llama a la puerta mientras gira la llave. Go melt back into the night, babe, everything inside is made of stone. There's nothing in here moving and anyway I'm not alone.

A la profesora precaria becaria le ciega el fuerte sol que entra por la ventana. You say you're looking for someone. Tarda en distinguir dos siluetas en el suelo del despacho. Who'll pick you up each time you fall, Lo primero que acierta a reconocer es una colchoneta fina azul de las que se utilizan en los gimnasios para hacer abdomilanes. ¿Estarán haciendo yoga? Beatus ille. La profesora precaria becaria se uniría de buena gana para hacer el saludo al sol. No, no, no, it ain't me, babe, It ain't me you're lookin' for, babe. No sabe cuánto tiempo ha pasado. Sin que ella se pueda dar cuenta se le caen los auriculares de las orejas. Hay una mujer sentada de espaldas a ella al estilo indio, el peinado de escarola le resulta familiar. De repente los dientes negros del Catedrático aparecen entre las piernas de ella. El resto de la cabeza también, pero la profesora precaria becaria ve sólo los dientes. Los dos están vestidos de cintura para arriba. La profesora becaria precaria sigue sin comprender. Lo siento, lo siento, lo siento. El Catedrático se pone nervioso. La mujer de espaldas se pone nerviosa. Se levanta. De repente la profesora precaria becaria ve un culo enorme. El culo enorme vuelve a bajar. Lo siento, lo siento, lo siento. La profesora precaria becaria señala sus apuntes, sus exámenes y los libros de la biblioteca. Señala su tupperware y su botella de agua. Duda si recoger sus cosas mientras el Catedrático se apoya en los muslos blandos de ella. La escarola se gira y ve a la profesora becaria sonriente que le sonríe más que nunca. La profesora precaria becaria gira sobre sí misma y sin saber ni cuánto había abierto la puerta, ni si los estudiantes del pasillo habían visto lo mismo que ella, vuelve en estado de éxtasis como una autómata hasta la biblioteca. Sigue sin solucionarse el problema de la calefacción pero han abierto igual. Eugenia le grita desde su mostrador de poder pidiéndole los libros que le dejó para fotocopiar. It aint me babe, no no no no. La profesora becaria precaria se echa la bronca mentalmente, se maldice y se empieza a mentalizar de que estará fuera de la universidad antes de que la precaria sonriente se ponga los pantalones. Someone who will die for you and more, But it ain't me, babe, Ya no puede quitarse esa canción de la cabeza. La voz de dylan está ya irremediablemente asociada a unos dientes negros y roídos perdiéndose por agujeros negros. Esperó dos horas contando con la vista todos los libros de la biblioteca para relajarse. Los libros seguían allí, tenía que devolverlos hoy. Sus exámenes. Su tupperware. No sabía por qué de repente no estaba dispuesta dejar su tupperware con arroz con pollo cerca de… ellos. De repente sentía mucha pena por su tupperware, por sus apuntes y sus cosas, por sus alumnos, por ella, especialmente. Estaba claro que no era ella a la que estaban buscando. It ain't me you're lookin' for, babe. Ni eran ellos los que ella estaba buscando. No estaba juzgando la vida de los demás, se convenció, únicamente creía que era tremendamente injusto que ella lo haya tenido que ver.

18.30 horas. Eugenia ya se había acercado cuatro veces diciéndole que no se podía marchar hasta que ella le devolviese los libros que se había llevado para las fotocopias. La profesora precaria becaria respiró hondo. Miró a Eugenia pensando que por qué no le tocó a ella presenciar la escena de los dientes, que qué injusta era la vida. Se acercó al despacho despacio. El pasillo ya estaba vacío. Llamó a la puerta. Esperó. Volvió a llamar y a esperar. Y luego con el corazón latiéndole con fuerza por el miedo a volver a encontrarse con los dientes negros y roídos que se comen la colchoneta azul abrió la puerta. Estaba vacío. Encima del tupperware habían colocado un sobre lacrado con el membrete de la universidad. Lo abrió. Dentro una carta, con sello y timbre.

Estimada colega, lamento mucho lo sucedido. Le aseguro que no volverá a tener lugar una superposición de exámenes orales, en la próxima convocatoria y hasta que no habiliten espacios adecuados para tal fin, limitaré la evaluación de mi asignatura al examen escrito.


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